La espada de un samurai es algo más que su arma... es su alma. Un samurai debe probarse a sí mismo que es digno de poseer un daisho, un juego de espadas. En sus años como guerrero, luchando contra la injusticia y perfeccionando sus habilidades marciales y espirituales, Miyamoto Usagi ha hecho algo más que ganarse sus espadas. Tras combatir con bravura en más de una batalla y sobrevivir a tremendos baños de sangre, Usagi continúa su peregrinaje guerrero.
En este volumen un cura budista le educa en la música de la shakuhachi, un antiguo instrumento, y Usagi comparte la gran aspiración del monje, escuchar la música del cielo. A lo largo de su viaje se verá envuelto, a su pesar, en un duelo con apuestas. Más tarde, furioso por el robo de sus espadas, Usagi emprende la persecución del líder de la banda de ladrones para recuperar su daisho.