Ramón Boldú, uno de los pioneros en castellano del relato autobiográfico cuando este género del
cómic tan recurrente hoy en día no estaba de moda, propone con Sexo, amor y pistachos una nueva
entrega de sus diarios, una suerte de memorias en absoluto pudorosas.
En Sexo, amor y pistachos, Ramón Boldú, a un suspiro de entrar en la sesentena, sigue haciendo
gala de la frescura y el descaro de décadas pasadas: Private realizó The Uranus Experiment; la
cinta obtuvo el galardón a la mejor película del año 2000, en el Festival Porno de Berlín. A Boldú le
contrataron como guionista para dicha película; pero, en lugar de trabajar en el guión, se dedicó a
preparar cafés para el equipo de producción y para los actores y actrices (entre las que se encontraba Silvia Saint, célebre actriz del género).
El problema es que en Private hablan exclusivamente en inglés y Boldú, que no tiene ni idea, y como
la familia tira para que todo quede en casa, se ve obligado a "invitar" a su hijo a trabajar de traductor
en la película. Toda una experiencia para el chico de 18 años.
Ramón Boldú, que ya fue un cronista descocado de la Transición, con sus obras Bohemio pero
abstemio y Memorias de un hombre de segunda mano (reeditados por Astiberri en 2009), también
se ha adentrado más recientemente en los 90 con El arte de criar malvas (Astiberri, 2008). Y
promete seguir dando guerra: Boldú tiene experiencias que contar para dar y tomar.