«Europa está hoy a punto de volver a ser de nuevo pagana. Pero entre estos nuevos paganos existe también una nueva sed de Dios que a menudo está mal orientada. Esta sed no se apaga con sueños de una nueva Iglesia ni con una Iglesia que pretenda renovarse a sí misma mediante discusiones sin término. Cuando es esto último lo que se ofrece, muchos prefieren refugiarse en lo esotérico, en lo mágico, allí donde parece abrirse la atmósfera del misterio, de lo totalmente otro.»
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«Cuanto más se extiende la Iglesia el ámbito de las cosas decididas y hechas autónomamente, tanto más angosta se convierte para todos nosotros. En ella la dimensión grande, liberadora, no está constituida por lo que nosotros mismos hacemos, sino por lo que nos es donado. Se trata de algo que no procede de nuestro querer y de nuestro inventar, sino que nos precede, es algo inimaginable que viene a nosotros, algo que `es más grande que nuestro corazón`. La reformatio, que es necesaria en todas las épocas, no consiste en el hecho de que podamos modelar cada vez `nuestra` Iglesia como más nos apetece, sino en el hecho de que siempre nos deshacemos de nuestras propias construcciones de apoyo a favor de una luz purísima que viene desde lo alto y que es al mismo tiempo la irrupción de la libertad pura.»