A raíz de la abolición de los fueros de los reinos de la Corona de Aragón, el sistema de gobierno borbónico pasó a fundamentarse en el centralismo.Así, competencias como la administración o como las cuestiones de Gracia, Justicia y Real Patronato fueron asumidas por el Consejo de Castilla y por la Cámara. El presente libro analiza las diferentes vertientes del poder real derivadas de la principal de sus regalías, el Real Patronato, y también su peculiar relación con la Iglesia del Principado de Cataluña a lo largo del Setecientos.