En esta novela, como a veces en la realidad, todo se derrumba. No hay concierto. Las fuerzas del orden sólo crean más desorden. No hay autoridad. Los criminales se burlan del gobierno. Los criminales se vuelven, donde pueden, gobierno. Exigen sumisión o muerte. Se están apoderando del país. México es un país enamorado del fracaso, todos los revolucionarios terminan mal, los contrarrevolucionarios sólo disfrazan el fracaso, hay un gigantesco engaño en todo esto. A veces creemos que sólo la violencia revolucionaria nos salvará, a veces creemos que sólo la falsa paz contrarrevolucionaria es nuestra salud y usamos la violencia sin revolución, la paz sin seguridad, la democracia con violencia, círculo vicioso. ¿Cómo salir de él?
Carlos Fuentes
Adán en Edén