¿Existieron realmente las sorprendentes historias que se incluyen en los treinta relatos de Carles Bosch? En palabras de su autor: «revolotearon en mi estómago, pasaron fugazmente por mi imaginación o, de tan ciertas que fueron, dejaron una marca que se reconoce bajo la luz de la intimidad». En sus relatos se percibe un lenguaje cinematográfico donde se cuidan los encuadres y la efectividad en el ritmo de la narración y de las emociones. Muestra una progresión de los hechos con diferentes puntos de inflexión para atrapar al lector y despertar su curiosidad sobre lo que después acontece. El autor sitúa los cuentos en tres apartados. El primero corresponde a un protagonista que CREE en el amor y reconoce el dolor; el segundo es propio de alguien que DUDA y que a menudo no cree, y el último ―que ha sido escrito física o mentalmente en el Caribe― no expone dudas ni certezas porque no hay tiempo para ellas: la realidad se impone y, entonces, simplemente se VIVE. Hay otras cosas es una invitación a compartir trozos de vida, «momentos efímeros que se deshacen al chocar contra un viento superior, o episodios cuya sombra ―gris, a veces negra― permanece sobre el asfalto más allá del sonido de las sirenas que se alejan.»