Un hombre es asesinado en una residencia de ancianos de Barcelona, un lugar sórdido en el que reinan el desamor, el olvido y el rencor. Néstor Serradell, el protagonista y narrador de El rastro del odio, conduce al lector a través del laberinto social de la ciudad, en busca del criminal, una sombra del pasado. La inteligencia, la prosa clara y la ironía, que caracterizan toda la obra de Jordi Sierra i Fabra, brillan constantemente en las páginas de esta novela, llena de sorpresas. El autor tira del hilo del mal y extrae de la vida una serie de conexiones imprevistas entre pecados concretos e intenciones perversas que se han ido urdiendo a lo largo de los años.