"Punto de fuga" supuso, tras "La media distancia", el segundo encuentro del novelista Alejandro Gándara con el público lector, obteniendo una acogida tan favorable que consolidó a su autor en la lista definitiva de los narradores españoles contemporáneos. Se trata de una narración moderna, aparentemente turbia y fragmentaria, pero en la que el lector va descubriendo el hilo de una acción nítida, arrastrada por unos personajes en el límite de la superviviencia. El Madrid explosivo de finales de los 80, el oscuro mundo de las ambiciones profesionales, la vida al margen de las convenciones y de lo esperable, la dificultad de aceptar el sitio impuesto por la sociedad, se conjugan en esta novela con la existencia dividida, contradictoria, de unos protagonistas cuya juventud no impide un juicio perfectamente maduro sobre el presente. Más allá de las novelas costumbristas al uso sobre la modernidad y los jóvenes, "Punto de fuga" aporta una mirada diferente y, por tanto, una literatura diferente sobre el origen del desconcierto y del desencanto, penetrando hasta el fondo de las emociones y de las aspiraciones de sus protagonistas, sin concesiones fáciles y sin reclamos. Hoy más que nunca, esta novela de Alejandro Gándara adquiere todo su significado y toda su expresividad, proponiendo una lectura radical del presente y, acaso, del inmediato futuro.