Tras una complicada infancia, y una adolescencia y una juventud más que turbulentas, Pippa se construyó una placentera vida junto a su marido, un rico editor, mucho mayor que ella. Llevan años casados, tienen dos hijos, y Herb ya ha cumplido ochenta años. Y, aunque mantiene su vitalidad, ha decidido vender sus propiedades y repartir el dinero entre su mujer y sus hijos, para evitarles incomodidades e impuestos cuando él muera. Después, Pippa y Herb se retiran a una refinada urbanización para la tercera edad, donde parecen adaptarse bien, pero lo que antes era una gran casa, y una intensa vida social, ahora es poco más que una parodia, y Pippa empieza a sufrir ataques de sonambulismo, come demasiado, fuma y bebe. Entonces comienza a pensar en quién es, y a recordar lo que fue -objeto de los deseos de su madre, amante de la amante de su tía lesbiana-, y ante el lector se despliega el abanico de las vidas privadas de Pippa. Una excelente novela llevada al cine por la propia autora. «Al parecer, las elegantes y entregadas esposas de mediana edad no son tan transparentes como parecen» (Lucy Atkins, The Guardian).