La respuesta a las plegarias de Laura Fairleigh aparece como llovida del cielo, cuando encuentra, inconsciente en el bosque, a un hombre incre237;blemente apuesto. Justo lo que necesitaba: si no se casa en pocas semanas, perder225; la casa donde vive, que pasar225; a su anterior due241;o, el engre237;do duque de Devonbrooke. Como en un cuento de hadas, no puede evitar besar al desconocido en los labios, y el hombre despierta... para descubrir que ha perdido totalmente la memoria. Laura decide aprovechar la oportunidad, y le convence de que es su prometida. Un juego que resultar225; demasiado peligroso, sobre todo teniendo en cuenta la verdadera identidad del aparecido...
ELLA DECIDI211; FABRICARSE A SU MARIDO IDEAL...
Laura ha rechazado m225;s propuestas de matrimonio de las que recuerda. Sigue so241;ando con el hombre ideal, caballersco y obsequioso, pero ahora est225; desesperada por encontrar marido para no perder su hogar, lo 250;nico que tienen ella y sus dos hermanos. Cuando se cruza en su camino aquel joven sin memoria, Laura intentar225; convencerle no s243;lo de que ambos est225;n prometidos y a punto de casarse, sino de que 233;l posee todas las cualidades que ella siempre ha so241;ado encontrar en un hombre.
PERO ENCONTR211; UN HOMBRE MARCADO POR SU PASADO
De ni241;o, Sterling fue vendido por sus padres al duque de Devonbrooke, que precisaba un heredero. Aquello endureci243; su coraz243;n y ahora, convertido ya en duque, es un hombre poderoso y despiadado. Un d237;a, cuando se dispon237;a a expulsar a una familia de su propiedad, sufre un accidente. Incapaz de recordar qui233;n 233;s, acepta la palabra de aquella muchacha que dice ser su prometida. Aunque, a pesar de lo que ella diga, 233;l no est225; muy seguro de que los impulsos que siente sean precisamente los de un hombre bueno y gentil.