A medida que descubre la atracción que sobre ella ejercen otras chicas, una joven adolescente va acercándose a la solución de sus conflictos afectivos y dificultades vitales a través del asesinato, de la agradable sensación de poner fin a otras vidas. Los personajes de esta novela carecen de nombre propio, de un alias que nos ayude a nombrarlos; se construyen a través de retazos de un diario, conversaciones de chat, llamadas telefónicas. Son figuras de un mundo a veces ininteligible, pero al que damos forma con cada uno de nuestros actos. Sus pasiones afectan a la naturaleza más profunda del ser humano contemporáneo: la familia, el mundo de la infancia y la adolescencia, la atracción sexual o la soledad.
Malestar es, sobre todo, una historia sobre el impulso ambivalente de poseer lo que amamos y de destruirlo si nos es negado.