Los ensayos seleccionados para este volumen se ocupan de temas de la antigüedad clásica que aún están presentes en nuestra memoria cultural y que siguen rodeados de misterio.
Los Césares (1832-34) es un estudio histórico documentado tanto en las obras de Herodiano, Dión Casio, Livio y Suetonio como en los ya legendarios estudios de Edward Gibbon y Thomas Blackwell. El texto no se detiene en las curiosidades biográficas sino que ahonda en la definición de Imperio como forma política y en su inevitable decadencia.
Judas Iscariote (1853) aborda sin complejos el «mito de Judas», acercándose a este enigmático personaje sin tener en cuenta los tópicos ni la tradición eclesiástica. El discípulo traidor, comúnmente asociado con Satán, constituye uno de los argumentos del antijudaísmo cristiano, pero lo cierto es que sin Judas no habría prosperado el plan de redención cristiano.
En Homero y la cuestión homérica (1841) De Quincey nos guía por los entresijos de la Ilíada para rebatir la tesis de que Homero nunca existió como personaje histórico.
Y, por último, La filosofía de Heródoto (1842) pretende rehabilitar al gran historiador griego que durante un largo periodo de tiempo fue denostado como «padre de las mentiras».
De Quincey se nos revela en estos ensayos históricos como un entusiasta del saber, y su vigorosa prosa logra fascinar al lector con resonancias poéticas.