La asociación entre arquitectura y firmas comerciales es, hoy en día, algo más que una cuestión funcional. A la necesidad de personalizar el espacio donde una empresa expone su mercancía, se le ha sumado la tiranía del marketing y la creación en unos metros cuadrados de una tienda o expositor que refleje la personalidad y la filosofía del producto, los cuales son a su vez el mensaje de un estilo de vida ideal al alcance del consumidor. Desde hace pocas décadas, y a medida que la conducta y los hábitos sociales han ido cambiando en relación con el consumo, el diseño de tiendas se ha convertido en un género en sí mismo.