Este libro ?hecho de pedacería fotográfica? resultó ser una especie de génesis precario. Memoria encontrada de nuestros antepasados, ?los antiguos?, cuando eran montañas, días primigenios de la volcana y el hombre-volcán, tiempos de gigantes que poblaron nuestro imaginario y de fuerzas geológicas que le prestan cuerpo y rostro a la Patria.
En el centro del país es común encontrar muros pintados, cerámicas, calendarios, llaveros, tambores, ceniceros, copas tequileras y un largo etcétera con representaciones de mitos fundacionales: los orígenes de la mujer, del hombre, de la Patria, inscritos en la superficie variopinta de objetos de decoración. Al mismo tiempo, las formas y estilos de toda esta parafernalia, los materiales utilizados, la manera en que circulan y cómo se les da uso, reflejan con claridad un rostro colectivo nuestro.
Los antiguos códices mexicanos son documentos fundamentales en el imaginario de México; este libro honra esa memoria.