Este libro propone una visión diferente del mundo del arte de los dos últimos siglos. Una visión no a través de los pintores y sus obras –aunque también- sino a través de los apasionados amantes de la belleza y los excéntricos millonarios que dedicaron buena parte de su fortuna a coleccionar obras de arte. Es pues una visión desde las bambalinas: las subastas, los marchantes, las tasaciones, las falsas atribuciones, los robos de piezas únicas, las falsificaciones, los museos.... Lo que une a los variopintos personajes que protagonizan este libro es la pasión por crear una colección, por reunir un conjunto de piazas que acaben formando una armonía en la que se vislumbra la personalidad del coleccionista. Esta es la historia de Archer Huntington y su fascinación por España, que le llevó a recorrer nuestro país en busca de obras y a forjar una larga amistad con pintores como Sorolla; de la furia compradora y las astucias del banquero Morgan; del duro industrial Frick y su obsesión por rodearse de belleza; de la deliciosa extravagancia de la rica heredera Stewart Gardener, que construyó su museo a modo de palacio veneciano en Boston; del gran experto Bernard Berenson, que asesoró a coleccionistas y coleccionó el mismo, manejando en la sombra la compraventa de obras de arte durante décadas; de la vocación filantrópica de Francesc Cambó; del marchante Paul Guillaume, que apoyó y coleccionó a los impresionistas; de Edgar Degas, pintor y coleccionista obsesivo; de la escritora Gertrude Stein y su fascinación por el arte de Picasso; del enigmático doctor Barnes y su casi secreta colección; de la glamourosa Peggy Gugenheim apasionada por el arte y los artistas con el gran canal veneciano de fondo, de los Rothschild y su colección robada por los nazis, de Richard Wallace, el matrimonio Havemeyer, Lázaro Galdiano, Duncan Philips, Kaluste Gulbekian, Ernst Beleyer, los rusos Shchukin y Morozov, el barón Thyssen, el conde Panza... La pasión por el arte, la obsesión por la belleza: las historias de los grandes coleccionistas.