Las guerras de Chipre, Biafra, Vietnam, Camboya y el Líbano, los disturbios en Derry o la hambruna y la enfermedad en Bangladesh conforman la obra de Don McCullin. Sus imágenes transmiten una mezcla de arrojo y compasión que dan fe de un amor apasionado por la fotografía, libre de cualquier encasillamiento: "no quiero que se diga de mí que soy un fotógrafo de guerra. Soy un fotógrafo, sencillamente. Ese es el único título que necesito".