«Con frecuencia se dice que la libertad de prensa termina donde empieza la libertad de empresa. Pero también se podría afirmar que la excepción hace a la regla y existen casos de empresas que no trepidan en defender el derecho de sus periodistas a investigar a fondo y escribir sobre temas que tocan intereses sagrados. Cuando las cosas no se dan de esa manera la profesión se convierte en un acto miserable, porque el famoso cuarto poder se reduce a rendir pleitesía al poder de turno. [?] El periodismo me dio la oportunidad de conocer otros paisajes y de vivir experiencias diferentes. Pero lo más invalorable ha sido el acercamiento a personas cuya amistad, hasta el día de hoy, constituye mi mayor orgullo». Así finaliza Luis Sicilia estas crónicas, que nos permiten acercarnos a personajes como el Che Guevara, organizaciones como Sendero Luminoso o las difíciles situaciones por las que atravesaron la mayoría de los países de América Latina en la convulsa segunda mitad del siglo pasado.