Este libro analiza la polémica acerca del papel de la mujer en la sociedad española desde la Revolución de 1868 hasta nuestros días.
Aunque esta polémica siguió en España casi la misma pauta que en otros países, su despegue fue mucho más lento y produjo muchas menos reformas importantes.
Es bastante significativo el hecho de que no se pusiese en tela de juicio el ideal tradicional sobre la mujer hasta después de la Revolución de 1868, produciéndose entonces los primeros intentos para mejorar su posición; y también el hecho de que hasta el final de la segunda década del siglo XX no empezaran a organizarse las mujeres en grupos feministas con programas de reforma coherentes, movimiento feminista que chocó con la indiferencia de socialistas y anarquistas, que lo calificaban de burgués, y con los intentos de la Iglesia y las fuerzas conservadoras de acapararlo y subordinarlo a sus propios intereses.
La igualdad teórica concedida a la mujer por la II República no reflejó una realidad social, y fue solamente durante la guerra civil cuando hubo un intento serio en la zona republicana para extirpar actitudes tradicionales hacia la mujer, al ser estas actitudes un impedimento para su contribución al esfuerzo bélico.
A partir de 1939 volvió a establecerse en los ámbitos oficiales el ideal tradicional de «la mujer en su casa». Este ideal no fue seriamente puesto en duda hasta los primeros años de la década de los sesenta, cuando las circunstancias económicas hicieron que dejara de ser viable.