Pánico bursatil, crisis económica, cambio climático, terrorismo indiscriminado, catástrofes de origen tecnológico, nuevas pandemias... La enumeración de las amenazas y los miedos contemporáneos es creciente y casi inacabable. ¿Se trata sólo de uno de los movimientos de terror que ya se han producido en otros momentos de la historia?
Para Paul Virilio es muy razonable tener hoy miedo, porque la esperanza que se había depositado en el Estado de bienestar tiene cada vez menos fundamento. Los Estados sustituyen su función primordial de garantizar la seguridad física, económica y política de sus ciudadanos por una nueva seguridad globalizada y ajena a los individuos. La nueva ideología «seguritaria» hace del miedo, de su orquestación y su gestión, una política que amenaza la propia democracia.
También es consecuencia de una hipermodernidad que ha abolido las distancias y de las nuevas tecnologías que han producido una aceleración del tiempo humano, obligándonos a estar permanentemente conectados con la actualidad. Pero este culto a lo inmediato provoca un profundo malestar en la civilización y socava nuestra relación con el mundo.