En una Sudáfrica dividida por la guerra civil, en una ciudad atemorizada por el ruido de las sirenas del toque de queda, vive el protagonista de esta novela, el jardinero Michael K, que decide abandonar la capital y acompañar a su madre a refugiarse en el campo. Pero el viaje se interrumpe entre las paredes de un hospital. Solo y desamparado, Michael no tiene otro remedio que buscar un trozo de tierra que le permita empezar de nuevo y con dignidad. Con esta novela, galardonada con el Booker Prize y el Prix Femina Étranger, Coetzee llega hasta la esencia de la experiencia humana: la necesidad de tener una vida interior y de cultivar los vínculos con el mundo en que vivimos.
«El territorio Coetzee es árido, inquieto, inhóspito por momentos y laberíntico. No hay cartel alguno que anuncie la salida, sencillamente porque no hay salida.»
El Periódico