Marianne Nesbitt adoraba a David, su difunto esposo, pero las conversaciones subidas de tono de las Viudas Alegres le hacen preguntarse si no se habrá perdido algo. ¿Podría descubrirlo si tuviera una aventura? Totalmente desconocedora de cómo proceder, pide a Adam Cazenove, un viejo amigo y conocido vividor, que la instruya en las artes de seducción. Tan descarada petición deja a Adam totalmente descolocado. Jamás habría podido imaginar que la recatada e increíble-mente atractiva viuda de su mejor amigo quisiera tener un amante. Incapaz de soportar la idea de verla en brazos de otro, frustra todos y cada uno de sus intentos. Hasta que una inesperada noche de pasión lo cambia todo…