Los inocentes (1950) se hilvana a partir de varios relatos que habían sido publicados en prensa y seis poemas que conservan el lirismo de algunos pasajes de La muerte de Virgilio. El resultado es una novela desgarradora en la que, a través de sus personajes femeninos -la baronesa W., Zerline, Hildegard y Melitta- asistimos a la decadencia, la apatía y el desencuentro de la sociedad alemana de entreguerras, que permitirá la ascensión del fascismo y en la que ya no queda lugar para la inocencia.
«Una de las manifestaciones más altas de la prosa alemana del siglo xx.»
Hannah Arendt