La bala de cañón le destrozó la pierna... y la carrera. En pleno Siglo de Oro, época en que se estaban produciendo cambios fundamentales a nivel político y social, la vida de Ignacio de Loyola ( 1491- 1556) dio a su vez un giro dramático. El noble caballero de origen vasco se vio bruscamente privado de todas sus aspiraciones como futuro cortesano...pero experimentó en su interior un encuentro con Dios. La fuerza espiritual que emana de su transformación irradia hasta nuestros días. Stefan Kiechle destaca cómo la vida de Ignacio, que se revela como el proceso espiritual del hombre en busca de Dios por antonomasia, marcó su obra y su mensaje. Éste sigue siendo en la actualidad una fuente de inspiración para el hombre moderno que desea encontrar en el día a día una existencia plena y llena de sentido que combine comunicación y comunidad, individualización y libertad, mística y acción.