Las Vidas de los santos Padres de Mérida son un relato anónimo del siglo VII que describe la vida de la ciudad emeritense en el siglo anterior en torno al papel jugado en la sociedad por sus principales obispos, Paulo, Fidel y Masona, y las relaciones con los reyes, en especial con el arriano Leovigildo, perseguidor de Masona. Estos tres personajes son los protagonistas de unos interesantísimos relatos biográficos a los que se añaden otros muy variados y curiosos como el del joven Augusto del monasterio de santa Eulalia, el del abad Nancto o el del monje borracho de Cauliana, así como breves referencias a los obispos sucesores de Masona, Inocencio y Renovato.
Toda la obra ofrece un vivo panorama de la sociedad urbana, los conflictos religiosos y políticos de finales del siglo vi y una valiosísima información de algunos edificios e iglesias de Mérida, contrastada por las excavaciones arqueológicas de las últimas décadas. El relato está compuesto dentro de las coordenadas literarias de unas «vidas de santos», presididas por la intervención de la santa patrona de la ciudad, la mártir Eulalia, y el fervor de los protagonistas hacia ella. Milagro, realidad e historia se funden en esta obra de forma peculiar y atractiva.
En esta misma Colección de Vidas también han sido publicadas Historias de los monjes de Siria, de Teodoreto de Ciro, y Vida de Porfirio de Gaza, de Marco el Diácono, ambas en edición de Ramón Teja.