En su historia la hermenéutica se ha movido entre el univocismo y el equivocismo, de modo que puede hablarse de una hermenéutica unívoca, cuya pretensión es lograr una interpretación clara y distinta del texto, y una
hermenéutica equívoca, que se abandona a una interpretación puramente subjetiva. Entre ambas existe la posibilidad de una hermenéutica analógica, una hermenéutica para nuestro tiempo, fundamentada en un concepto de razón que
renuncia a la inteligencia concebida como abstracción y apuesta decididamente por una razón afectiva cuyas bases se encuentran en la tradición retórica.