Tercer poemario del autor, que en 1991 ganó el Premio Antonio Machado de la Fondation Antonio Machado de Collioure. Con lectura de los setenta sonetos de que consta la obra, el lector se introduce en un laberinto de vivencias existenciales por el que transita desorientado hasta que, finalmente, alcanza la salida, en la que se percibe ya a sí mismo como envuelto por una unidad de sentido que le remite a la cosmovisión del poeta y del pensador.