JOAQUÍN MARCO (Barcelona, 1935) no había escrito poemas tan austeros y desolados como los de la primera sección de este libro en torno a la soledad y la percepción agudizada del tiempo. Después de El muro de Berlín, en 2003, la elipsis y el despojamiento conducen a una transparencia de resonancia metafísica, tan insólita en él: no hay consuelo contra el tiempo y no lo hay tampoco contra la lucidez, quizá porque ?la vida transcurre en la ignorancia,/ entre paréntesis.?
Por eso este poemario, con su laberinto de la memoria y junto a sus autores predilectos ?Fray Luis o Gil de Biedma, Gabriel Ferrater o Garcilaso?, dibuja la ruta secreta a un corazón cansado. O como lo dice él: ?yo, como tú,/ el espejo de nadie.?