Frente a otros modelos interpretativos en torno a la historia atlántica, este libro defiende la existencia de un sistema atlántico «directa o indirectamente modelado por la influencia ibérica», en palabras de Horst Pietschmann. Se trata, en definitiva, de un sistema que durante más de tres siglos tejió una densa red de relaciones económicas, políticas y culturales y sin el cual no es posible comprender la historia de ambas orillas del océano. Las aportaciones que aquí se reúnen se ocupan sobre todo de la dimensión económica que tiene a España como epicentro del comercio, por el que también compiten otros países europeos