Ésta es la historia de Alfonso XIII —abuelo paterno del actual rey de España—, que se consideraba un estadista pero sólo supo ser espadón que ignoró las fuerzas sociales emergentes, decapitó la derecha civilizada, marginó el catalanismo integrador y al faltar a su juramento constitucional y dar paso a la Dictadura de Primo de Rivera se jugó alegremente la corona: en abril de 1931, como consecuencia de unas simples elecciones municipales que adquirieron el carácter de plebiscito, fue expulsado de España y murió en el exilio.