La polémica sobre las relaciones entre religión y política es una de las más persistentes entre los islamólogos, hasta el punto que llega a todos los interesados en la cuestión. Las respuestas que se han dado en uno u otro sentido han solido ser tan sesgadas que es inevitable pensar que existía un parti pris, lo que sin duda reduce su validez.
Esta obra, que se opone tanto a los partidarios de la «excepción islámica» como a los que preconizan una occidentalización a ultranza, basándose incluso en supuestas categorías islámicas, busca romper este círculo vicioso: partiendo de un estudio histórico de las ideas y prácticas políticas del islam, pone de manifiesto la existencia de distintas interpretaciones en pugna, es decir, distintas opciones doctrinales lo que, a partir de una técnica comparativa, permite al autor cuestionar los maximalismos de uno y otro signo y avanzar respuestas coherentes con la modernidad a cuestiones como la situación de la mujer, el laicismo o la libertad de conciencia en el mundo islámico. Una obra esclarecedora, rica de contenidos y cuyo interés trasciende el del tema que trata para convertirse en un estudio del pensamiento político árabe.