Bajo una doble rúbrica se puede sistematizar lo que ha significado, en perspectiva histórica, el flujo continuado de oro y plata trasvasado de América a Europa durante los siglos XVI y XVII a través de la intermediación de España. Una primera haría referencia a las consecuencias que para la economía de la época -española, europea y mundial- supusiera el crecimiento sostenido de la oferta y circulación monetarias gracias a las remesas metálicas de Indias, junto a las implicaciones inducidas en cuestiones como el dinero, el crédito y el papel de las instituciones e intermediarios financieros; otra segunda englobaría a la relación que se diera entre las remesas de metales preciosos con la proyección universal española, a causa de su primacía política, en ambas centurias.