Con esta extraordinaria biografía, Verena von der Heyden-Rynsch nos presenta un abigarrado cuadro del siglo XVII, de las corrientes políticas, religiosas e intelectuales del Absolutismo y el Barroco, encarnadas en una mujer fascinante cuyo destino ha atraído a generaciones enteras, y que fue conocida como la «Minerva del Norte». La vida de Cristina de Suecia (1626-1689), entre el «bárbaro Norte» que representaba entonces Suecia, y la refinada Italia del momento, sirve para dibujar un completísimo retrato de la Europa de su tiempo. La Reina Cristina, destacada figura de la cultura europea durante el Absolutismo, se anticipó a los tiempos como «déspota ilustrada». Su vida, unida a los acontecimientos políticos más importantes de la época, la obligó, además, a tomar por sí sola drásticas decisiones. Más interesada en la ciencia y en el arte que en la política —no en vano llevó a su corte a René Descartes y a Hugo Grocio—, representa mejor que ninguna otra figura las frecuentes tendencias contradictorias de su tiempo. Apoyó a eruditos y artistas, reunió una magnífica biblioteca y se entusiasmó por la pintura y la literatura españolas. Sin embargo, los escándalos que la rodeaban, sus caprichos, su espíritu librepensador y su vida amorosa, la condujeron, tras un breve reinado, a abdicar a favor de su primo en 1654. Tras convertirse al catolicismo y trasladarse a Roma, mantuvo una incesante actividad en los ámbitos culturales y científicos hasta su muerte.