Cierto
carácter de Bildungsroman desprenden las páginas de Lo que en nosotros vive, un
relato de formación en la que el autor, un niño cuya vida se desarrolla al
dulce ritmo de las labores agrícolas en las fincas familiares de la Vega de
Granada, ve cómo los asesinatos de su padre, alcalde de la ciudad en 1936, y de
su tío, el poeta Federico García Lorca, quiebran de repente su mundo. Se inicia
entonces un destierro de once años en Nueva York al amparo de Fernando de los
Ríos, y aquel niño se transforma en un joven norteamericano aficionado al
béisbol, al jazz y a fumar Chester, pero con una dramática falta de fijeza
vital, que condicionará buena parte de su existencia.
Cuando
el autor regresa a España en pleno franquismo, se ve inmerso en la disidencia estudiantil
contra la dictadura y este compromiso lo llevará a la cárcel primero y a un
segundo exilio después, esta vez en Alemania, donde entra en contacto con las
organizaciones clandestinas españolas tanto del exterior como del interior. En
1977 es elegido diputado del PSOE por Granada en las primeras Cortes
democráticas, pero en 1979 abandona la política activa para dedicarse por
entero a la creación de la Fundación Federico García Lorca, de cuya presidencia
se jubiló en 2006.
Lo
que en nosotros vive, emocionante ejercicio de memoria poblado por una
inolvidable galería de personajes del mundo de la cultura, las artes y la
política de los últimos cincuenta años, es una contribución imprescindible para
la recomposición de nuestra memoria histórica más contemporánea. Desde una
versión radicalmente subjetiva, sin esconderse, el autor recorre los
acontecimientos del siglo xx de forma vívida y palpitante; pues con el temple
de la madurez, Manuel Fernández-Montesinos se enfunda en la piel de una
juventud que parece no haber mudado todavía.