Una aburrida mañana de finales de agosto, Paco Peña, un joven de dieciocho años que trabaja en una sucursal de la Caixa, se ve sorprendido junto al resto de empleados y clientes por unos atracadores, que entran en el banco disfrazados de payasos. Paco descubre enseguida que uno de los atracadores es en realidad su novia Manuela y teme que Olea, el subdirector del banco, acabe reconociéndola, pues se la presentó un día; y entonces pensará que él también es cómplice del robo.