El mundo descrito por Edgar Allan Poe en estas historias es frío, silencioso, maldito, intenso, estéril. El terror se convierte en una presión psicológica interna más que en una lucha contra fuerzas sobrenaturales. En los cuentos de Poe, el paso de la cordura a la locura parece algo lógico, medido por una simple cuestión de grado.