Un clásico ilustrado para hablar del miedo y de la amistad. Un cuento delicioso para leer a partir de los 10 años y hasta los 100.
Reiner Zimnik (Beuthem, Silesia, 1930) consigue, combinando ilustración y texto, provocar la sonrisa de los lectores, crear momentos de una gran intensidad poética y hacernos pensar a través de irónicas parábolas sobre la condición humana.