«... pero la verdad, la realidad incontrovertible, también se harta de ser constante y quirúrgicamente diseccionada y decide ocultarse tras tupidos velos de ambigüedad, haciéndose así inaccesible a ojos insensatos.»
«¿Por qué lo hacía? ¿Qué necesidad impelía a aquella misteriosa dama a escribir esas notas que después exponía a la vista de cualquiera? ¿Qué poderosa razón empujaba a una dama como ella a desperdigar por la fisonomía urbana mensajes que parecían extraídos de su propia existencia?»
En esas notas se relata una hermosa historia que nace y crece en una época muy desfavorable para ella y muchas otras como ella, pero que sobrevive admirablemente a la tiranía de la dictadura franquista y se prolonga más allá, hasta alcanzar nuestro tiempo.
Con un lenguaje esmerado, vivo y lleno de matices y un elenco de personajes cautivadores Liszt tuvo la culpa arranca en un convoy del metro de Barcelona y nos lleva en un fascinante recorrido por algunos de los lugares más emblemáticos de Sevilla, de la Ciudad Condal y de la Abadía de Montserrat.