En la actualidad, tenemos conocimientos suficientes sobre la transición, sobre su importancia, para los jóvenes con necesidades especiales y, también, sobre las alternativas para trabajar desde la educación con programas de orientación integrados. Hacen falta recursos, sin duda, pero la clave, como hemos mostrado en las experiencias aquí citadas está en una coordinación de diferentes servicios. En nuestro caso una coordinación entre los servicios educativos, sociales y laborales; una coordinación entre los servicios de la comunidad; una coordinanción entre profesionales. Esta coordinación no ha de hacerse a través de convenios muy sofisticados, por el contrario requiere de la máxima flexibilidad, de acuerdo informales, puntuales, ad hoc.