Minaya Guzmán, “qué nombre más raro”. Minaya Guzmán turbaba a hombres y mujeres, enamoraba a niños y a perros. Minaya Guzmán: un misterio, como todo lo que atrae sin remisión al ser humano.“No soy de aquí”, confesó en una ocasión pero no supieron entenderle porque era, sin serlo, como nosotros. Parecía un hombre pero su perfección, su belleza y la sonrisa de sus ojos debieron alertar sobre su diferencia. Era más justo y más pacífico, más respetuoso, sobre todo, más sereno, parecía estar iluminado por dentro. ¿Era un sueño o era más vida que la vida?Antonio Gala nos conduce, de la mano de un narrador que supo, como nadie, quién era Minaya Guzmán, más allá de la vida, más allá de la muerte, hacia la luz más esperanzadora.Se trata no de una novela de misterio, sino del misterio transformado en novela.