«No volveré a tener miedo, no volveré a tener miedo, no volveré a tener miedo.» Estas son las primeras palabras de un diario singular: el que empieza un niño miedoso de doce años. Miedos y más miedos, a las hormigas, a los espejos, a los niños malos del colegio... pero sobre todo miedo a la muerte; miedo de que muera Violette, la amorosa mujer que lo ha cuidado desde la muerte de su padre. Y es que en la cabeza de nuestro protagonista no hay espacio aún para entender la muerte. Así que, ante lo incomprensible, encontrará en la escritura de un diario una manera de darle sentido a los extraños días de la infancia.
Diario de un cuerpo es un logrado intento por detenerse en las marcas imperceptibles que dejan los días en nuestra piel y por dar voz a las cicatrices visibles del tiempo. Con la precisión de un entomólogo, Daniel Pennac recoge el fascinante camino de una vida contada a través del cuerpo de su protagonista. En palabras del autor, Diario de un cuerpo es una novela que profundiza en «la comunicación entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu a lo largo de la vida. De esas alargadas playas de silencio donde nuestro cuerpo se detiene a hablarnos un poco, por ejemplo, del la fuerza de la edad. Y es también la crónica de su aprendizaje, de su dolor, de su placer».
«Un diario sin tabúes.» Télèrama
«Pues bien, por una vez no es el corazón lo que se difunde o el alma lo que se regala, sino el cuerpo lo que se narra.» Bernard Pivot, Le Journal du Dimanche