«Después de todo, medité, era como mis prójimos, y sonreí comparándome con otros hombres, comparando mi buena voluntad conla perezosa crueldad de su negligencia.»
Una inquietante irrupción altera el apacible paseo dominical por las calles de Londres. A partir de ese instante, lo cotidiano se confunde con lo inexplicable, lo secreto, lo sobrenatural. Dos personalidades opuestas se disputan el alma de un hombre: Dr. Jekyll y Mr. Hyde.