La viuda de Tom Newquist contrata los servicios de Kinsey Millhone para que averigüe qué le sucedía a su marido antes de su muerte. Tom, ayudante del sheriff en Nota Lake, había sido un hombre honesto y respetado por todos, de vida un tanto malsana y poco amigo del deporte, que, a punto de jubilarse, muere de un paro cardiaco. Sin embargo, en los últimos tiempos su comportamiento había sido algo extraño: ¿qué le inquietaba por las noches, qué amenaza parecía atormentarle? Tras muchas entrevistas en un pueblo de gente reacia a hablar del asunto, Kinsey descubrirá que Tom tenía entre manos la investigación de dos casos, separados en el tiempo, de hombres que aparecieron ahorcados en parecidas circunstancias. Como le revelarán algunas pistas a primera vista insignificantes, en los últimos días de su vida Tom parecía haber echado el lazo a un sospechoso. A Kinsey le tocará apretar el nudo. . . Y es que Kinsey Millhone no puede prever que está a punto de convertirse en el blanco de los odios de todo un pueblo que, de pronto, parece dispuesto a asesinarla.