La noche del 26 de noviembre del 2016, sufrí un accidente de coche en el que falleció el hombre que amaba.
La poesía de este libro fue una de las múltiples maneras con las que intenté luchar y asumir la pena, el dolor, la desesperación, el luto y las secuelas que, de por vida, quedarían en mi cuerpo y en mi corazón.
A orillas del Volga es un verso de una canción de Los Chikos del Maíz. Nos conocimos en un concierto de ese grupo y es la canción que escuchábamos cuando nuestro coche se abrazó a un pino, aquella noche.
A orillas del Volga me hace pensar en la espera, cada uno en una orilla de ese río, que separa la vida de la muerte. Río del que no sé nada de nada, pero sospecho que ofrece paisajes preciosos.
Quiero pensar que es un canto a la vida, al amor, a la esperanza y a la gratitud.